lunes, 31 de enero de 2011

A los Cabrones que no hacen Nada

Ya estamos en Enero del 2011 y, tras cumplirse 11 años de la Tragedia de Vargas de 1999, da verguenza (o lástima más bien) ver cómo sólo han pasado meses lógicos respecto a la restauración de la tierra que me vio nacer. No es que esté hablando de un retroceso en la máquina del tiempo anhelando una utopía regresiva, pero no es fácil ver cómo desde hace tanto tiempo la parcela que estuvo ocupada por mi hogar de infancia y adolescencia, todavía sigue cubierta de tierra, escombros y piedras, sin ninguna perspectiva de uso útil en el tiempo, aclarando que no aspiro esos metros cuadrados como propiedad (aunque fue fruto del trabajo de mis padres) ya que me parece más lógico reordenar el sistema urbano de la Los Corales que pelear a fuego y plomo por una tierra ociosa.

El año pasado vimos cómo las lluvias inundaron y destruyeron muchas viviendas a lo largo de la zona norte de Venezuela, mientras miles de damnificados eran corridos de un sitio a otro para darles "cobijo" durante esta temporada, que ha sido particularmente fría este año.

Así mismo, hemos sido cómplices de la vagabundería y el descontrol urbano en zonas de alto riesgo que ahora penden de un "rosario de plegarias" para que no se las lleve el próximo aguacero.

A penas está comenzando el 2011 y ya se ha planificado el nuevo censo nacional... Sólo me gustaría encontrarme con el próximo empadronador para tirarle la puerta en cara, ya que no ha sido hasta finales de 2010 que se han presentado los resultados del censo del 2001 por lo que no perderé mi tiempo atiborrando de información a las vetustas 486 del INE con más información que jamás será procesada para fines científicos: estudios, políticas, estadísticas, etc...

De haberse procesado esta información más tempranamente la gente supiera cuantas personas viven en situación crítica a la hora de las catástrofes naturales. También fuera del dominio público el porcentaje poblacional de inmigrantes extranjeros que están poblando estas zonas, así como campesinos que abandonaron las tierras y la labor diaria para atiborrar más a una ciudad, pequeña y colapsada como Caracas, por una simple beca que ya no paga.

Los hijos y ahijados del Estado siguen cobrando sus dádivas, mientras otros no tienen ni para chupar el cobre de un cable sulfatado de CANTV.

¿Cómo es posible que un panita del nuero de la esposa de BANDES pida con su cara bien lavada más de 200 millones de bolívares fuerte para un proyecto que no sabe defender con sus propias palabras?
¿Por qué se les sigue alcahueteando a los chulos que construyen hoteles "boutique" mientras que la doña que quiere instala una posada le piden hasta la CI del perro?
¿Por qué en vez de haber apoyado un proceso para salida de Chavez en otros años, los Portu Bingueros (Zátrapas) ahora lloran lágrimas de sangre porque no les han permitido abrir sus templos de vicio?
¿Por qué no puedo permitir que los locutores del programa que produzco digan lo que realmente piensan y acontece en el país?

Todo esto obedece a una razón señores: miedo... Miedo a cambiar su estatus quo, miedo a mirar para los lados y vivir las miserias del vecino, miedo a no poder pagar el pasaje para irse a Barcelona (España) y vivir como rata refugiada.

Hace más de 11 años vi como un torrente de agua se llevaba mi vida y mi historia, ahora estoy acá demostrando que uno no se muere si eres capaz de llevarte el pan a la boca sin vender tu orgullo.

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