jueves, 26 de febrero de 2009

Con la cara de concretro

El día de hoy ha estado colmado de comentarios tan fantásticos que la mismas Sherezade y Mamá Gansa se quedarían movidas en la foto cuando se den cuenta que los dirigentes del país echan los mejores cuentos de hadas.

Tal es el caso del diputado Orlando Castillo durante una entrevista que ofreciera hoy en un programa de la televisora estatal llamado "Despertó Venezuela", y quién no despertaría al mejor estilo de una comatosa Uma Thurman en la Tarantinesca Kill Bill, después de escuchar las perlas con las que desean adornar una propuesta de reducción de jornada laboral, por primera vez mandada para las gavetas más profundas de las entrañas de la asamblea nacional por rechazo durante las elecciones del 3D 2007.

En estos me imagino al equipo de producción del programa con su cara estupefacta, al conductor desencajado y a al propio Karl Marx (KM) revolcandose en su tumba con las declaraciones de este diputado revolucionario, donde alega que:

  1. La actual ley del trabajo es un reflejo del capitalismo (:-o)
  2. La reducción de la jornada laboral creará más empleos (¿?) y permitirá el crecimiento personal del empleado, dado que utilizará ese tiempo libre para educarse y formarse.
Hasta donde tengo entendido, en ninguna parte del mundo libre la gente toma su tiempo personal exclusivamente para la formación personal ya que siempre se puede ir a la playa, tomarse unas birras, parrandear, etc., lo que parece bastante rico pero estemos claros, en estos momentos lo que más necesitamos es trabajar. Como se puede notar, esta afirmación es una verborrea digna de un estudio memotecnico de El Capital de KM, obra que hay que llevarla al contexto histórico donde se desarrolló, en el cual las leyes del trabajo no existían y la gente sólo subsistía.

Otro punto en su contra es que la actual ley del trabajo es el resultado de un trabajo mancomunado entre el Estado y los sindicatos y gremios profesionales, donde se llegan a acuerdos para mejorar las condiciones de contrato que además deberán estar apegadas a: la ley de seguridad social, bienestar laboral, política habitacional, ejercicio profesional, ergonomía, beneficios de alimentación, beneficios médicos y pare usted de contar, tanto así que el costo total por empleado dentro de una empresa es 70% superior al valor del salario, pero estemos claros para dónde va el 50% de ese 70% adicional: a las instituciones que se "encargan de velar" por el bienestar social de todos los venezolanos.

Bajo estas premisas la ley del trabajo no está compaginada con el capitalismo, más aún el famoso capitalismo venezolano se ha tenido que adecuar a esta estructura de forma estricta.

Lo que creo que puede considerarse como la guinda que adorna este pastel de sandeces es la creción de más puestos de trabajo, apoyándose en el supuesto que los empleadores contratará más personal para sustituir las ausencias porque en esa cabecita loca de administración pública se cumple el reloj de 3 horas de trabajo, 2 de almuerzo y 3 adicionales de trabajo, por eso es que no se puede hacer un carrizo en una oficina pública después del medio día y ya a las 4 de la tarde están cerrados.

Estemos claros en una premisa económica que es BÁSICA el incremento de los factores de producción (capital y trabajo) están subyugados a la productividad de la empresa que los contrata, y es por eso que en los países que tienen mayores índices de productividad (y especialmente los que poseen factore de producción muy baratos) este sistema ha sido exitoso, por lo tanto, y sin caer en burdas paradojas del huevo y la gallina, de anteojitos está que Venezuela no puede optar por este sistema porque no está preparada.

Veremos entonces como pretenderán enmendar el capote, y les advierto... No será agradable.

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